Ante el terremoto que es su mujer, Francin intenta dirigir con sensatez la fábrica, y manejar como puede los incesantes conflictos con sus accionistas, personajes muy influyentes en la ciudad.
Por si todo ello fuera poco, el tÃo Pepin, personaje desternillante y recurrente en las novelas de Hrabal, se queda a vivir con la pareja provocando incesantes episodios cómicos, para desesperación del bueno de Francin, quien ve amenazada una y otra vez su carrera como administrador, a quien salva, eso sÃ, la irresistible personalidad de su bella esposa./8519
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